Linda Pilkington es Ormonde Jayne: cuando ella y su marido estaban pensando en cómo llamar a su nueva marca, combinaron el segundo nombre de ella, Jayne, con el nombre de su casa, Ormonde Terrace.
Ormonde Jayne es un exitoso espectáculo unipersonal y, hasta ahora, Linda Pilkington se las arregla para realizar ella misma todos los pasos, desde la búsqueda y la compra de materias primas, la composición de los perfumes y su elaboración, hasta su venta en el mostrador. En cuanto a la perfumería, tiene a su lado al reputado perfumista Geza Schön, que elabora composiciones acabadas a partir de los planos básicos que ella diseña.
Lo que diferenció a Ormonde Jayne de otras nuevas marcas de lujo fue el factor personal hecho a mano. Esta exclusividad se corresponde con las fragancias exclusivas: Linda Pilkington sólo utiliza ingredientes puramente naturales procedentes de cultivos controlados. Sus fragancias siguen de forma muy coherente la estela de unas pocas notas principales características en cada caso, y combinan con ellas adiciones de notas muy exóticas y raras para sacar la máxima calidad. Los perfumes de Ormonde Jayne son apreciados por la crítica y la clientela como "artsy" y al mismo tiempo ponibles.