En 1730, el matrimonio Juan Famenias y Elizabeth Floris abrieron en Londres, en el barrio de St. James, una tienda de perfumes, peines y cosméticos para el afeitado perfecto del caballero. Esta antigua tienda Floris todavía puede visitarse hoy en día y respirar casi 300 años de historia en la hermosa tienda de antigüedades y lujo junto con las fragancias a la venta.

Una clientela prominente y el nombramiento como proveedor de peines de la corte real ayudaron a que el negocio familiar se convirtiera pronto en una verdadera fuerza en términos de fragancia y belleza de la aristocracia y la alta burguesía londinense.

En una época en la que el perfume personal se cultivaba y desarrollaba con descubrimientos cada vez más novedosos, Floris lanzó fragancias con recetas propias que marcaron un hito en la moda de la perfumería de la época. 

En el siglo XX, muchas personalidades famosas pertenecían a la clientela de Floris y la impresionante lista de nombres con Mary Shelley o Florence Nightingale se completó con grandes celebridades como Winston Churchill y Marilyn Monroe.